Una pequeña historia de las Cíes

Las ilhas cies enamoran a todos los que la conocen. Pero esto no es algo reciente ya que se los restos más antiguos encontrados en ellas datan de tres mil quinientos años antes de Cristo. Los celtas tampoco se resistieron a estas islas, construyendo en ellas sus famosos castros, agrupaciones de viviendas fortificadas en las que hacían su vida diaria.

Los romanos quedaron tan maravillados por la belleza de estas islas que las bautizaron como Islas de los Dioses y, aunque no hay una constancia histórica, se dice que el mismísimo Julio Cesar las visitó en una ocasión. Las diferentes excavaciones arqueológicas han descubierto en este lugar restos de cerámica e incluso alguna joya.

Con la llegada de la Edad Media, las Cíes se convirtieron en un lugar perfecto para quienes querían una vida alejada del mundanal ruido. Hasta dos órdenes religiosas se asentaron en las islas y levantaron sus propios monasterios. Las islas incluso llegaron a contar con una fábrica de salazón de la cual, actualmente, no queda ningún rastro. El motivo es que fue sobre sus restos donde se construyó el restaurante que hoy en día da servicio a los turistas que visitan las islas.

Su estratégica situación hizo que muchos piratas y contrabandistas utilizaran estas islas como lugar para fondear y guardar sus mercancías. Esto hizo que la gente se alejara de las mismas para evitar todos los problemas que podían acarrearles el verse en medio de los negocios de estas personas tan peligrosas. El resultado fue que en el siglo XVIII las islas quedaron totalmente deshabitadas.

En el siglo XIX se construyó el primero de los cuatro faros que hay actualmente en las islas y en esa época vuelven a habitar el lugar personas de los alrededores, principalmente pescadores y gente relacionada con el mar. Pero según fue avanzando el siglo XX, los habitantes fueron cada vez menos hasta que en los años sesenta, nuevamente, quedaron desiertas.

Ya en los años setenta, las islas comienzan a tener el uso que actualmente continúan teniendo, como un lugar perfecto para pasar unos días de vacaciones y disfrutar de la naturaleza. En una primera etapa, este turismo no tenía demasiado control lo que puso en peligro la riqueza natural del entorno. Por eso, actualmente y desde hace ya varios años, el número de visitantes está restringido y es necesario solicitar un permiso para poder visitar las Cíes.

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