Riesgo para la empresa 

El espionaje industrial es material de primer nivel para muchas novelas de intriga pero también es un asunto que se toman muy en serio en las empresas. En la compañía en la que trabaja mi mujer hay diferentes niveles de seguridad según el cliente del proyecto en el que están trabajando en cada momento. Y según me cuenta ella, los estadounidenses son los que más requisitos ponen a los trabajadores en materias de seguridad. 

Hace un tiempo, la popular firma IBM, por ejemplo, prohibió las usb memorias entre los empelados después de un informe interno que alertaba sobre un posible caso de espionaje. El asunto es muy sencillo: un trabajador entra en la base datos de la empresa, introduce un pen el ordenador y se baja información confidencial… a menudo sin dejar rastro. Por supuesto, hay muchas otras formas de robar información, pero está es una de las más rápidas y limpias.

Pero es que, además, las USB memorias también pueden contener malware que contagien toda una red de trabajo. A veces, los trabajadores que utilizan estos dispositivos ni siquiera saben que los USB llevan virus. Es decir, no contagian a la empresa de forma deliberada. Pero nunca se sabe… Por eso IBM prohibió a los empleados el uso de estos aparatitos y otras muchas firmas han seguido el ejemplo.

En la empresa de mi mujer no han llegado a tanto, pero sí en el proyecto que ahora trabaja. De vez en cuando, mi mujer usaba pendrives para descargar parte de su trabajo y traerlo a casa para estudiarlo los fines de semana. Algo normal y corriente. Obviamente mi mujer no tiene intención de usar esa información para vendérsela a los libios, o algo así, pero los estadounidenses no se fían ni de su sombra y menos de los trabajadores.  

Así que ahora quien quiera llevarse trabajo a casa tendrá que hacerlo en red y nada de usar pendrives para descargar nada. Y no solo eso, sino que de vez en cuando se pasan por las mesas de los empleados y las revisan para ver que está todo “en su sitio”.

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