Mi rincón preferido de casa 

Todos tenemos un lugar preferido en casa, ¿no? Ese espacio en el que nos sentimos cómodos y podemos relajarnos más y mejor. Muchos de nosotros no elegimos la casa en la que queremos vivir, sino que nos adaptamos al lugar en el que podemos vivir. Pero siempre intentamos hacerlo nuestra, hacerla confortable hasta olvidar esas mansiones tan bonitas en las que nunca vamos a poder vivir.

En mi casa actual, me gusta toda la zona que da al sur, que es la más soleada. El hall de entrada es un poco oscuro, como la mayoría. A la izquierda está la cocina que es uno de esos espacios permanentemente soleados. Da a un patio muy grande con lo que hay mucha distancia con respecto a los edificios de enfrente. No hay nada de ruido con lo que es un placer cocinar sin escuchar el claxon de los coches.

Y luego están los baños. Uno es más pequeñito y el otro más grande. Ambos dan al mismo patio que la cocina: mucho sol y nada de ruido. El baño grande es mi lugar preferido de casa. Los azulejos y los suelos refulgen con el sol durante toda la mañana. Me alegra el día entrar en el baño y estar en ese espacio tan cálido. El baño más pequeño, por su parte, tal vez es demasiado pequeño, pero también me gusta.

Al otro lado de la casa, sin embargo, está la zona norte que, además, da a una calle bastante concurrida. Toda esta parte me gusta menos. Son dos dormitorios y el salón. El salón es bastante grande, pero suele ser una zona fría y poco iluminada. Cuando llega la noche me siento cómodo en el salón, pero durante el día lo suelo evitar. 

Así es que mi sitio preferido de casa son los baños. Si algún día cambio de casa y no puedo ir a un palacio de 40 habitaciones, tendré muy en cuenta la orientación y el nivel de ruido de la calle, dos aspectos que no siempre se tienen en cuenta y que, a la larga, son decisivos.

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