Excursiones a las Cíes desde cualquier punto de Galicia

Pasar un día en las Cíes es una buena experiencia para cualquiera. Pero cuando se hace en grupo, todavía se disfruta más. Por eso, es frecuente que asociaciones o colegios organicen un día en las Cíes para que alumnos o miembros disfruten de un paréntesis en las actividades habituales y puedan contemplar uno de los paisajes más bonitos de Galicia.

Organizar excursiones islas cies no es complicado si bien hay que tener en cuenta los límites que la Xunta de Galicia impone para las visitas. Hay que anotarse en una Web especialmente habilitada para obtener un permiso y estos permisos tienen un número diario tope. Por eso, en temporada alta, puede ser necesario realizar la reserva con mucha antelación. En temporada baja esto no es así y suele haber plazas disponibles prácticamente siempre.

Esta reserva de plaza tiene que realizarse con nombre y apellidos y a continuación adquirir los billetes para la visita. Por eso, el primer paso es tener claro quiénes van a ir a la excursión. Y quienes se anoten, tendrán que realizar el pago de los billetes de barco por adelantado. Así, no habrá problemas y todo estará bien atado de cara al día de la excursión.

Tras tener esto cerrado llega el momento de alquilar un autobús para desplazarse desde el lugar de Galicia del que se va a salir hasta el punto en el que se cogerá el barco y la vuelta. También está la opción del transporte público, pero cuando se realiza un desplazamiento con un grupo numeroso alquilar un autobús propio suele ser la mejor opción ya que no hay que estar pendiente de horarios ni de combinaciones.

Para las comidas, la mejor opción es que la gente se lleve sus tuppers y bocadillos. Los restaurantes de las Cíes solo abren en temporada alta y suelen tener bastante demanda. Puede ser una opción si se hace la excursión en verano, pero lo mejor es contar con una reserva para garantizar que se podrá atender a todo el grupo.

Una vez en las Cíes se pueden realizar rutas de senderismo y disfrutar de la playa. Lo mejor es dejar que la gente se organice como quiera, quedando media hora antes de la salida del barco para asegurarse de que todo el mundo esté a tiempo para regresar a tierra y poder coger el autobús de vuelta al punto de origen.

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