Lo tenía un poco abandonado, pero he vuelto: me encanta la decoración y me entretiene mucho hacer las cosas yo misma. Salvo con determinados elementos del hogar que se salen de mis competencias, siempre intento probar yo misma primero para ver qué tal queda. Eso sí, necesito tener un patrón a seguir, por eso soy una gran consumidora tanto de programas de televisión especializados en decoración como de videos por internet.
Por supuesto, también necesito sitios en los que adquirir todos los productos que preciso para mis trabajos, accesorios de confección que no son tan fáciles de encontrar como pueda parecer. Existen determinados grandes almacenes especializados en este tipo de productos, pero yo busco más bien por internet. Y todavía es un campo que considero debe mejorar un poco, posiblemente porque no tanta gente se dedica a la decoración de forma autodidacta.
Por ejemplo, últimamente estoy enfrascada en renovar las cortinas de la casa. Empecé con unas de la cocina para las que busqué cinta para estores. Mi idea era prescindir de las cortinas clásicas que tenía en la cocina y colocar unos estores con un bordado muy colorida de frutas. Había encontrado el patrón en una revista de decoración y buscando por internet localicé el mismo y lo compré. Aunque estaba acostumbrada a varios tipos de confección esto supuso un reto porque también debía elaborar la estructura y el mecanismo para subir y bajar el estor.
Pero como digo, son retos para mí que me entretienen más que otra cosa. Al fin y al cabo, sé que si esto no queda bien siempre puedo comprar uno ya elaborado o pedir incluso estores a medida, una solución más cara pero que te asegura que el estor va quedar perfecto. Pero ya digo que esa opción, siempre disponible, no tiene tanto mérito. Yo prefiero probar primero a ver si soy capaz de hacerlo yo misma con mis propias manos y materiales.
Tras pedir la cinta para estores y confeccionar la tela, coloqué el mecanismo y todo funcionó a las mil maravillas. Es un verdadero placer hacerlo todo uno mismo y que quede bien. Pero el mayor premio es disfrutar del proceso creativo.